Soy Carmen

Yo nunca fui un chico con pluma ni afeminado, ni me llamaban maricón, siempre fui bueno en deportes e incluso con cierto éxito con las chicas. (eso quería pensar entonces) Nunca me he sentido mal con todo esto pero tampoco me ha gustado nunca encajar en el rol y la etiqueta de hombre heterosexual. Nunca me he imaginado como un hombre adulto. Recurrentemente en mi vida he pensado en querer ser una chica, desde niño es un pensamiento que siempre iba volviendo a mi. No se decir el porqué, pero como si quisiera experimentar la vida desde ese otro punto de vista.

Nunca me he sentido del todo a gusto con mi cuerpo ni en momentos de estar en forma y delgado. Desde siempre recuerdo odiar mi barriga. El vello de mi cuerpo me incomoda bastante, sobre todo cuando descubro alguna parte en la que aparece pelo que antes no estaba. Odio tener que ocuparme del vello, odio afeitarme, odio tener pelo por todos lados y odio el trabajo que da quitarlo. Sufro al hacerlo pero siento que tengo que hacerlo. Nunca me ha gustado mirarme en el espejo, he llegado a pensar que la persona que se refleja no me representa. Como si hubiera cierta distancia entre mi y la imagen del espejo.

Siempre he pensado que la ropa de mujer es más bonita y más variada, siempre me han dado envidia las tiendas de ropa de mujer y siempre me ha gustado y atraído estéticamente. Desde hace años en aplicaciones como pinterest o instagram he estado guardando imágenes, inspiración de ropa femenina, maquillaje, uñas pintadas, peinados... He buscado esa estética femenina y la he guardado, no se muy bien para que lo hacía cuando empecé, como guardando inspiraciones para un futuro que aún no era el mío.

Desde que he empezado a conocer las realidades de las personas trans y ha llegado a mí la representación a través de medios audiovisuales he sentido una profunda curiosidad por el tema y he sentido cierta conexión e identificación. He empezado a querer saber más del tema y he seguido a influencers que hablan de su transición y sus experiencias.

Siempre me he cuestionado mi sexualidad desde que he sabido que eso es una posibilidad y quizás eso ha llevado a que no me resulte raro hacerlo con el género también. Y ahora me lo cuestiono. Creo que siempre he tenido una vis femenina dentro. En los típicos cuestionarios online donde te preguntan por el género, siempre tengo ese momento de duda, siempre me ha costado marcar la casilla de ''hombre'', ''chico'' o ''masculino''. Incluso si el tema no era importante muchas veces he marcado otras opciones, como la de ''no quiero decirlo'', o ''otro'', o incluso marcar ''mujer'' o ''femenino''. Buscando info online siempre te lanzan la pregunta de: ¿Si hubiera un botón que al pulsarlo cambiases de género de manera instantánea lo pulsarías? y siempre pienso que: sí, claro como si fuese la respuesta obvia. Me encantaría la magia de probarlo por un día a ver si es esa la manera real de ser yo.

Esto me lleva a pensar en videojuegos, siempre he sentido preferencia a elegir personajes femeninos siempre que se da la típica opción de elegir entre chico o chica. Supongo que los personajes femeninos me son más agradables o que siempre he querido vivir experiencias desde ese punto de vista femenino.

Mis padres antes de nacer, durante el embarazo, pensaban que iba a ser una niña y me iban a llamar Carmen, siempre he mantenido cierta conexión con ese nombre. Y más recientemente he sentido que en realidad ella siempre ha estado conmigo, dentro de mí de alguna manera.

Cuando era niño, adolescente y aun ahora a menudo tengo sueños en los que soy mujer. En concreto recuerdo un sueño que tuve de niño en el que tenía pecho y como superpoder yo controlaba el tamaño, recuerdo que aquello me había gustado y excitado mucho. En muchos momentos de mi vida he pensado que me gustaría haber sido mujer, haber nacido niña y crecer de esa manera.

Más que una visión negativa de mi experiencia como hombre siento indiferencia, desconexión, alienación. Lo que sí siento es una expectativa, esperanza, curiosidad, ilusión por la experiencia femenina. Sí, odio partes de mi cuerpo, como la barriga por ejemplo y no me refiero solo a ahora que estoy más gordo, siempre la he odiado desde niño, también odio tener tanto vello, en todas partes cubriendo todo el cuerpo. Por otro lado, no siento una disforia discapacitante por mis genitales. Estoy empezando a tenerla ya que al investigar sobre el tema y a buscar soluciones he localizado que muchas de las cosas que no me gustan de mi, en resumen, son por la testosterona, es tonto quizas, pero localizo la testosterona claramente en los genitales y eso me lleva a querer que desaparezcan. Pero de nuevo, más que la visión negativa sobre lo masculino de mi cuerpo siento que la atracción y curiosidad por partes femeninas es más poderosa, por un cuerpo femenino, tener caderas anchas, cintura estrecha, tener pecho, piel suave y sin vello, pelo largo. Esas cosas al imaginarlas resuenan conmigo, me gustan, me excitan. Ojalá pueda verme así. Ojalá sentir que no tengo que luchar contra mi propio cuerpo.

Últimamente he estado experimentando. Me he comprado ropa interior femenina, entre ella un sujetador que tiene un poco de relleno y al ponérmelo simula la forma de tener pecho. Al vérmelo puesto me encanta, verme con pecho al mirar hacia abajo me llena de alguna manera. Me veo. Otras exploraciones que he hecho a nivel corporal han sido hacer tucking, y ser más consciente de las posturas y los gestos que hago con mi cuerpo, al caminar, al estar sentada, al mover las manos... y he sentido cierta expresión femenina que me ha gustado mucho. Son pequeñas cosas pero creo que han conectado cuerpo y mente de alguna manera. Sigo explorando esa expresión femenina, me he comprado bragas, un body shapewear y unas mallas que realzan la forma del cuerpo apretando la cintura, también una camiseta de tirantes y unas medias que me encantan. También he probado a maquillarme, estoy mejorando con la base y disimular la barba, me encanta hacerme el eyeliner y el rimel, también los labios rojos. Me pinto las uñas, me depilo y me afeito a menudo. Todas estas exploraciones de la expresión femenina me están dando alegría lo que me incita a continuar e ir más allá. Me dicen a mi misma que sí que todo eso es para mi, que es la manera en la que me quiero mostrar al mundo y que soy esa que se ve en el espejo cuando me veo maquillada. Pienso que si este no fuera mi camino habría sentido algún tipo de rechazo al hacer estas cosas.

Esto quizás sean estereotipos pero he pensado en las relaciones personales. Siempre he disfrutado más de las amistades con mujeres, en mi experiencia parece que llegan a mayor profundidad, por lo menos así me ha ocurrido más comúnmente en el pasado. Las relaciones con hombres suelen ser más superficiales, alrededor de las cosas que se tienen en común, por ejemplo el deporte, música o si coincides en lo que estudias o si es una relación que nace a partir de trabajar juntos. Sin embargo las relaciones con mujeres aunque puedan partir de los mismos puntos comunes en gustos o circunstancias compartidas profundizan más en experiencias y sentimientos. Y me veo más reflejada en esto segundo. Me gusta esa manera de ir más allá.

He estado pensando en otro tema, la envidia de género, creo que a lo largo de mi vida el ir sintiendo flechazos o enamoramientos con distintas mujeres en realidad siempre ha sido envidia de género. Deseaba ser como ellas, expresarme como ellas, vestirme como ellas, tener su pelo, su cuerpo y demás. Me pasa constantemente con mujeres públicas, influencers, deportistas, artistas, etc. Ahora soy capaz de diferenciar claramente los enamoramientos de verdad a estos otros "flechazos". Nunca me pasa que siento una atracción sexual instantánea con nadie, no veo a una persona o conozco a alguien y pienso en términos de atracción sexual sobre ella. Para que esa parte nazca en mi se tiene que haber una relación más larga, conocerse, intimar, entonces puede nacer ese deseo sexual, esa conexión. Pensar sobre esto me ha llevado a distinguir entonces esos "flechazos" más instantáneos como momentos de envidia de género, momentos de "quiero ser como ella". Además si lo invierto, eso no me pasa con chicos. He sentido atracciones a nivel sexual y amoroso por hombres también pero siempre después de esa parte inicial de conocerse mejor, convivir relacionarse. Nunca me ha pasado eso de "quiero ser como él".

Quiero hablar de la disforia. No he sentido disforia por mis genitales hasta después de ser consciente y aceptar que podría ser trans y una chica. He pensado que, al final, todo lo que no me gusta de mi cuerpo es provocado por la testosterona y sus efectos. Odio el vello por todos lados. Odio la barba y querer afeitarme y el mantenimiento que ello conlleva. Odio que la grasa se acumule en la barriga y la forma que tiene mi cuerpo. Odio las erecciones, odio que cualquier sensación positiva en mi cuerpo se convierta en una erección. Odio como la testosterona afecta a mis emociones, los brotes de ira y enfado, esa agresividad, me da miedo. No me gusta nada saber que puedo ser así. Todo lo que no me gusta de mí viene de ahí. Al comprender cómo funciona la producción de testo me hace pensar que quiero que mis genitales desaparezcan. Primero he aprendido sobre mi misma y luego ha aparecido la disforia más centrada en los genitales.

No hay una sola razón. Pero he pensado tanto en esto, me he explorado tanto, que ya no puedo volver atrás. He visto una parte de mí que siempre estuvo ahí, y ahora que la reconozco, no puedo fingir que no existe.


Comentarios

  1. este texto lo llevaba escribiendo durante más o menos medio año, me ha servido de auto justificación. me ha servido para entenderme y explicarme. se que no es sencillo, se que hay cosas que se repiten, la manera de expresarme no es la mas clara pero es la que me ha ido naciendo. es lo mas real que he escrito.

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